Cada noche, con un andar pausado, la silueta de un hombre recorre varías cuadras de la Rivera de San Cosme para llegar a su casa, donde alguien lo espera.

Don Máximo Ernesto Martínez, de 76 años, sufrió un accidente casero (se resbaló en las escaleras), que lo dejó con varios discos aplastados de la columna vertebral.

Ahora, apoyándose en una andadera con ruedas, se ve obligado a circular abajo de las banquetas, por los desniveles y hoyos que hay en ellas, con un chaleco antireflejante como su única protección ante los autos.

Como otros miles de adultos mayores, no le basta la pensión universal del gobierno para sobrevivir y tiene que vender gorros y calcetas en un puesto improvisado en San Cosme, entre Miguel A Schultz y Serapio Rendón.

 

06 de noviembre, colonia Tlaxpana, Ciudad de México.

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