Portada del libro El Ticús. Diccionario de Colimotismos, de Juan Carlos Reyes. 

Retomado de: Secretaría de Cultura

El vuelo del ticús

Me entusiasma participar en este nuevo proyecto en el que 28 colaboradores reflexionaremos sobre temas culturales desde nuestras diversas especialidades. Esta primera aportación la quiero dedicar al estado que me ha cobijado por más de 17 años y a un personaje importante que me dio la oportunidad de conocer a fondo la hermosa tierra de Colima.

Quienes hemos tenido la oportunidad de vivir sus costumbres y tradiciones nos enamoramos de Colima por el inmenso patrimonio cultural que alberga y por su gente. En sus diez municipios podemos encontrar una gran riqueza natural y gastronómica, así como en tradiciones y costumbres.

Esta sección a mi cargo se denomina El vuelo del ticús, donde cada revoloteo emprenderá hacia tópicos culturales.

Ticús es un ave típica de Colima, de plumaje negro muy parecido al zanate pero de pico más corto y sin el tono azulado distintivo de aquél. Su nombre responde a la “voz onomatopéyica de su canto” (Reyes, 2011) y es también el nombre del diccionario de colimotismos, El Ticús, de Juan Carlos Reyes Garza (1948-2012), integrado por la selección de una larga lista de palabras singulares que reunió desde su llegada a Colima en 1981. En él, compila más de mil 500 acepciones relativas a la flora y fauna, verbos y sustantivos utilizados en la región.

Nombraré algunas palabras que me han resultado peculiares en mi estancia colimense: 

  • Abarrajar. Verbo que significa aventar, azotar o tirar algo con fuerza. “Abarrájalo por allá”.
  • ¡Aisca! Voz de aviso, exclamación. Lo usan durante la pisca al encontrar una mazorca de maíz rojo.
  • Algotra (o). Se usa como alguna otra o algún otro. Habla popular utilizada en la región de Colima, habitual en todos los niveles socioculturales que sin embargo no aparece en la lengua escrita. “¿Se le ofrece algotra cosa?”.
  • Apelincar. Verbo del náhuatl pilcac que significa estar suspendido, colgado. Pararse de puntitas sobre los dedos de los pies. Aquí he de mencionar que en la primeras clases de danza que impartí en Colima, al yo nombrar la posición relevé, los alumnos la llamaban apelincar; así me adentré en este inmenso mundo de los colimotismos.
  • Colimense o colimote. Si bien el gentilicio correcto es colimeño, no se utiliza, y en cambio es frecuente el uso de colimense o colimote. Este último suena brusco e incluso peyorativo para los fuereños y sin embargo resulta más ofensivo decir colimeño para los locales.
  • Esquilín. Del náhuatl azcatl que significa hormiga. Nombre otorgado a hormigas tan pequeñas que sientes cuando suben a la mano y puedes no verlas. Popularmente se dice que Colima se encuentra sobre un gran hormiguero pues aparecen insectos de todos los tamaños en cualquier lugar del estado, especialmente los esquilines, de difícil control.
  • Nanga (o). Gentil manera de decirle a alguien que es un tonto. De ella se deriva nanguera o tontería, y anangar o ponerse tonto.
  • Pachita (o). Se le denomina así a quien anda con chismes y deriva también como verbo: pachitear.

Cuando Juan Carlos Reyes llegó a Colima, escuchó decir ticusananga; al preguntar el significado, su interlocutor le respondió: “Dije que el ticús, ananga” lo cual le aclaró poco en ese momento al historiador, pero ahora nosotros sabemos lo que denota.

Novatada y otros recuerdos

Al llegar a la Universidad de Colima a trabajar, en 1987, Reyes hacía un registro de las fiestas patronales del estado, por lo que fui encargada de acompañar a su colaborador, el antropólogo Rubén Leyton, a la celebración de “los chacayates”, en Ixtlahuacán (6 de enero). Allí, los hombres portan máscaras para ir en la búsqueda del Niño Dios y protegerlo. Para mi susto y como bienvenida, pasaron  cerca de mi cuerpo unos cueros de tejones que simulan ser perros. Fue también mi novatada.

Más allá de esa broma, recuerdo cuando se presentó la quinta edición de El Ticús, a cargo de Puerta Abierta Editores (2012), la firma colimense que acogió el texto de Reyes por vez primera. Acordé con el autor vernos pronto y aprovechar el encuentro para que me dedicara unas palabras en su libro. Lamentablemente nos sorprendió la repentina muerte del historiador a escasos meses de aquella presentación.

Juan Carlos Reyes Garza dejó una invaluable recopilación de tradiciones y costumbres colimotas en numerosos escritos y fotografías. Entre sus libros destacan: El oro blanco de Colima; La antigua provincia de Colima, siglos XVI al XVIII, y Al pie del Volcán. Los indios de Colima en el virreinato.

En la quinta edición del libro citado líneas arriba, escribió: “El ticús, como pájaro que es, sale volando, señal de buen augurio para la recién nacida editorial”. Vayan estos mismos buenos deseos para el nuevo portal informativo Paso libre y para mis colegas GRECUS participantes.

Hasta el próximo vuelo del ticús.

22 de julio de 2019

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